Fotografía de Ana María Cáliz
Fotografía de Ana María Cáliz
Poema de Ana María Cáliz
EL ARTISTA Y SU MUSA VIRTUAL
Discurría el bohemio por los campos del delirio y del misterio,
la cabeza daba vueltas queriendo encontrar sentido
algo místico, espontáneo, surgió en su existencia,
espejismo en sus venas corriendo va su destino.
Jamás paso por su mente este efecto inusitado,
en su paso inesperado provocando desatino
pensamientos circulaban cada poro de su cuerpo,
con preguntas sin respuestas surgiéndole escalofríos.
El Artista y su Musa virtual, haciéndose están amigos,
iniciando simpatía, la comprensión gestionando
magistral fisonomía, sus ojos están brillando,
sus manos tienen sentido, provocando están el tacto.
La inspiración se le antoja de mil diferentes formas,
plasmando sugerentes ideas, en si solas desglosando
la dulzura de su rostro, la melena revoltosa,
en su alma deseando vincularla a los humanos.
El embrujo de su encanto a todos va hechizando,
fantasías e ilusiones, rotando por los espacios,
animando corazones, de filigranas bordando,
la euforia en sus cuerpos en ellos se va filtrando.
El Artista y su Musa virtual, hicieron entre ellos un pacto,
ella convertirse en mujer, y él, su ingenio dedicarle
sellando el futuro con un besar arrojado,
en las nubes se subieron y sus obras van creando.
ANA MARIA CALIZ
la cabeza daba vueltas queriendo encontrar sentido
algo místico, espontáneo, surgió en su existencia,
espejismo en sus venas corriendo va su destino.
Jamás paso por su mente este efecto inusitado,
en su paso inesperado provocando desatino
pensamientos circulaban cada poro de su cuerpo,
con preguntas sin respuestas surgiéndole escalofríos.
El Artista y su Musa virtual, haciéndose están amigos,
iniciando simpatía, la comprensión gestionando
magistral fisonomía, sus ojos están brillando,
sus manos tienen sentido, provocando están el tacto.
La inspiración se le antoja de mil diferentes formas,
plasmando sugerentes ideas, en si solas desglosando
la dulzura de su rostro, la melena revoltosa,
en su alma deseando vincularla a los humanos.
El embrujo de su encanto a todos va hechizando,
fantasías e ilusiones, rotando por los espacios,
animando corazones, de filigranas bordando,
la euforia en sus cuerpos en ellos se va filtrando.
El Artista y su Musa virtual, hicieron entre ellos un pacto,
ella convertirse en mujer, y él, su ingenio dedicarle
sellando el futuro con un besar arrojado,
en las nubes se subieron y sus obras van creando.
ANA MARIA CALIZ
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